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domingo, 12 de junio de 2016

Breve ensayo sobre el buen escritor

"A final de cuentas ¿Qué es un escritor?". Le pregunto al idiota frente al espejo; el borracho con la pluma en su mano.

    Un escritor, en resumidas cuentas, no es más que un maquillista; alguien que adorna las palabras, las manipula a su antojo y las vuelve incomprensibles, hermosas, horrorosas, crudas, dulces, templadas, nubladas, infernales o alucinantes.

   Es un borracho, alguien que crea mientras no está sobrio; y si está sobrio, entonces está muriendo, o enloqueciendo, esperando lo peor. Es un mentiroso que se miente a sí mismo. Es un marica, un misántropo, un drogadicto, un revolucionario, humanista, pervertido, conquistador, un perdedor.

   Un escritor no es más que cualquier personaje peculiar que encuentras; no es un erudito, es alguien con problemas, alguien estúpido; pero eso sí, puede transformar una frase tan vulgar en algo meloso y cautivador; en metáforas inmorales que petrifican a su presa, las cautivan; no es más que un pobre diablo que se frustra todos los días con la tormenta de ideas absurdas que puede plasmar en un trozo de papel.

  El escritor es un manipulador, o un depredador mediocre; el comediante que presenta su función en forma de pasta y hojas. Es un vago bien vestido -a veces-, o el barrendero que te encuentras en la acera; tal vez el viejo que te encuentras en aquél funeral... un escritor puede ser cualquiera, pero no cualquiera puede ser un buen escritor; uno que maquille perfectamente las voces endemoniadas de su mente, y las presente como algo admirable/deseable.

   Un escritor no es más que un alcohólico, o un adorador de mujeres. No es más que un embellecedor de palabras; no es más que una persona cualquiera. Pero ¿qué pasaría si no existiera un buen escritor? ¿El mundo se iría al carajo? ¿La televisión dominaría al mundo? ¿Utopía? ¿Los dementes no existirían?

   Si los buenos escritores se extinguieran, la vida tomaría un giro de tuerca. Los científicos buscarían el significado de la letra, en lugar de proclamar la inexistencia de un dios; las crisis existenciales no tendrían sentido, ni los enfermos mentales. El siglo XXI sería un vórtice sinsentido y los lectores no serían más que máquinas llenas de información inútil, robots sin criterio. Dios mío, sería horrible si los escritores buenos no existieran; un cataclismo; la vida sería un hospital psiquiátrico permanente -lleno de sujetos dopados y manipulados; dóciles e inhábiles ante el acto de decidir-.

  Que el diablo nos ampare si el buen escritor dejase de existir. De ser así la humanidad no preguntaría; las canciones que valen la pena no existiría; las leyendas perecerían y las brujas robarían ideas en vez de almas. Nadie creería lo fantástico, y mucho menos creerían lo que algún pobre tipo escribe desde sus entrañas. Insisto, seria horrible.

    Así es como me atrevo a decir lo que significa un buen escritor. Pero no me hagan caso, esto sólo es la opinión de un loco.

    -Angel García