Tus ojos
me comen desde
el más allá.
me comen desde
el más allá.
El librero polvoso
se llena de historias viejas
que me gritan
cuando duermo.
se llena de historias viejas
que me gritan
cuando duermo.
Nuestros gatos
siguen echados
sobre mí;
sobre nosotros.
siguen echados
sobre mí;
sobre nosotros.
Te veo entre penumbras
y siento la fragilidad
de tu júbilo.
y siento la fragilidad
de tu júbilo.
Entonces me regalas
tus brazos
y la sensibilidad necesaria
para apreciar la noche
que me tragaba.
tus brazos
y la sensibilidad necesaria
para apreciar la noche
que me tragaba.
Escucho el crepitar del viento
que se estrella en los muros
de una ciudad vieja
que exhala desesperación.
que se estrella en los muros
de una ciudad vieja
que exhala desesperación.
Entre la confusión
de una noche urbanizada,
encuentro refugio en tu aliento
que dice “te extraño”,
o en tu pecho
que dice “te quiero”.
de una noche urbanizada,
encuentro refugio en tu aliento
que dice “te extraño”,
o en tu pecho
que dice “te quiero”.
Cuando el tiempo vuelve
a caer sobre mi cuerpo,
el cigarro se ha muerto
y yo vuelvo a descansar
sobre tu alma
que me espera.
a caer sobre mi cuerpo,
el cigarro se ha muerto
y yo vuelvo a descansar
sobre tu alma
que me espera.
-Angel Garcia