Sobre un cielo
vano y gris
coloco mis recuerdos.
Entre la tierra
siembro el dolor
que se transformará
en un jardín.
Entonces
el aire se llevará sus flores;
y el olvido
se llevará las lágrimas,
para dar espacio
a tu sonrisa.
Iluminado el sol triste
y el viento húmedo,
que sigue mirando
cómo el tiempo nos destruye.
Desmoronados,
con los brazos unidos,
y las almas arraigadas a ellos.
En el agua se desvela
el reflejo de nuestros cuerpos;
mientras el fuego
inunda nuestra utopía nupcial.
El tiempo nos apaga,
de nuevo.
Y los dos seguimos juntos
hasta ser la ceniza
que se traga el mundo.
-Angel García
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