La poesía que se marchita
por leerse sin pasión.
La flor que se olvida
en medio de una mesa vieja.
El amor, que se juega con revólver
tras matar a alguien.
Un poema
que seca su tinta
luego de un tiempo.
Una flor,
que se leyó mucho.
Un amor,
que perdió pronto.
Un poema que marchitó;
una flor que fue olvidada,
una lágrima silenciosa
que no salvó nada
y un amor
que observó todo
con una sonrisa.
-Angel Garcia
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